lunes, 22 de diciembre de 2008

ASTRID


Las cartas de amor son todo un clásico y aunque nunca fui del tipo que las atesoraba para momentos de consuelo, podría decirse que si pase por una buena etapa donde escribí muchas, pero todo tiene un inicio y para un chamaco de 14 años digamos que el resultado no fue precisamente el esperado, como dije… por algo se empieza:


Superado el total rechazo de Mariana hacia mi persona fue que vi a otra chica muy bonita (digo “vi” porque decir que la conocí seria una total mentira) su nombre: Astrid, la de los ojos azules, rubia como el sol, su cabello le llegaba a media espalda, su piel no era blanca, de hecho creo que era como rosada, era casi albina pero tenia unos rasgos muy bonitos, en esta ocasión mi comportamiento evoluciono y opte por las famosas cartas de admirador secreto.


En realidad no era yo su único admirador, mi amigo Salvador me copiaba todos mis gustos, según el estaba muy enamorado de Mariana pero ahora le gustaba muchísimo Astrid, eso no me molesto, en primera porque a esa edad era yo un gran cobarde y prefería pasar el tramite de las cartas acompañado y en segunda porque Astrid nomás me gustaba, no estaba yo enamorado ni semi-enamorado de ella ni nada parecido.


Quizá se pregunten que hacían dos tipos de tercero casi quinceañeros rondando a una chiquilla de 11, bueno, es que éramos unos fracasados sin experiencia con las mujeres y la verdad es que Astrid era toda una Valkiria, parecía Europea y resultaba toda una novedad, pero vayamos a lo interesante, “Las Cartas”…


Recuerdo que pasábamos horas ideando el contenido de las mismas, cuidando cada detalle para poder ofrecerle “mariconamente” un bonito regalo a la chiquilla, aquello de mariconamente lo digo porque nunca nos animamos a darle las cartas frente a frente, siempre fuimos ayudados por un grupo de amigas, de esas que nunca faltan y están deseosas de hacer de cupido a cambio de leer nuestras románticas cartas que desde luego distaban mucho de serlo, por lo general eran mas bien declaraciones bruscas de admiración y un poco de amor, del tipo que inician con:


-Astrid… estas bien bonita… eres la mas bonita de la escuela… esos ojos tuyos… mi corazón se derrite… bla bla bla, y así seguía y seguía la carta, ya saben charlatanería barata de secundaria.


Pero funcionaban, Astrid se emocionaba muchísimo y corría a sentarse a solas para leer nuestras pendejadas, tengo una imagen muy grabada en mi cabeza, era ella recibiendo la carta, acto seguido corre medio patio para refugiarse en unas bancas cerca del pequeño jardín central, abre el papelito doblado, se inclina sobre sus rodillas y se lleva una mano a la boca, lee todo atentamente, se dibuja una sonrisa en su rostro y termina pasándose la mano por el rostro para despejarlo, creo que ese fue el momento mas bonito de esta experiencia, el saber que se había cumplido un objetivo, ese momento donde sonreía encantada, amigos… esos momentos son adictivos, al menos para mi que me hice un fanático de provocarlos, pero sigamos con el post, naturalmente como suele suceder con las mujeres, gano mas su curiosidad por saber quienes eran sus admiradores que el hecho de seguir coleccionando carta tras carta, le dimos una diaria por espacio de dos semanas, sinceramente se nos habían acabado las ideas y estábamos desesperados.


Mi amigo Salvador era limosnero y con garrote, solía pedir a nuestras amigas que entregaran las cartas pero una vez hecho el encargo se comportaba como un cabron con ellas, cosas de chamacos, ustedes entienden. Fue esta actitud tan lamentable que desencadeno uno de los momentos mas penosos para mi amigo y fue lo siguiente:


Nos encontrábamos los dos recargados en una pared observando a Astrid, cuando mi amigo dijo una gran pendejada (la cual no recuerdo francamente) que ofendió bastante a nuestras amigas, nos amenazaron con ir a decirle a Astrid quienes eran sus admiradores secretos lo cual me puso muy nervioso, tanto así que cuando note que la cosa era seria decidí escabullirme en el mar de personas que abundan a la hora del descanso, aquellas cumplieron su amenaza y Astrid miro de frente a Salvador que nomás se reía como pendejo para terminar hablando solo, el pobre diablo nunca se dio cuenta que escape cobardemente, que realmente no sirvió de mucho porque mi cuate y yo éramos muy unidos, era lógico pensar que el otro admirador era yo pero no me importo mucho, ya todo estaba hecho y no había vuelta atrás.


No le gustamos a Astrid… lo cual nos ofendió bastante ja ja ja ja ja ja ja ¿pues que chingados esperaban chavos? Como me gustaría viajar al pasado y autocagar a mi yo adolescente y a mi cuate, esas son tonterías, digo, las cartas están bien y por algo se empieza en estos terrenos del amor, por un lado se nos puede felicitar por nuestro esfuerzo, claro, felicitar dentro de nuestra muy pobre categoría como conquistadores, ahhhh que pinche risa me da recordar estas cosas, ni hablar estábamos muy tiernos.


Como suele suceder los años pasaron y no volví a saber de Astrid, salvo que tenia un hermano mayor, igual parecía Europeo el cabron, sus Padres tenían una tienda de abarrotes y cuando deje de ser un adolescente para entrar a lo que se conoce como “Adulto Joven” por azares del destino entre a la dichosa tienda, me atendió una mujer que mas bien parecía una comadrona rusa, me imagine que seria la madre de Astrid, estuve indeciso mirando las papitas, los refrescos y los dulces hasta que me tope con un anuncio que decía:


-SI NO ESTA A LA VISTA LO QUE BUSCA PREGUNTE-


Sonreí por la ocurrencia de preguntar por Astrid pero la verdad es que no me anime, ni siquiera por curiosidad de saber como estaba o como había crecido, total, como dije en el inicio del post nunca la conocí, me compre un cigarro suelto y seguí mi camino, hasta la fecha no se que fue de ella, ni lo que ocurrió con las famosas cartas aunque imagino que su destino fue el bote de basura como suele ocurrir.


FIN DEL TERCER CAPITULO




**UPDATE**


Como mencione en el segundo comentario de este post al buen Dieter, creo que lo mejor hubiera sido escribirle a Astrid la siguiente cancion en una carta, quise poner el video nomas para que se den una idea de lo chido que hubiera sido (aunque tambien inutil):







3 comentarios:

  1. Ja ja ja ja estoy totalmente de acuerdo contigo men, yo tambien pase mas adelante por la famosa carta-libro ja ja ja ja ja ja, pero pues es chido acordarse de todo eso porque en esos años uno lo ve como muy dramatico y serio.

    Ahora caigo en la conclusion que lo mejor que le pude escribir era lo siguiente:

    -Que linda que estas, sos un caramelo, te veo en el recreo y me vuelvo loco, todas las cosas que me gustan tienen tu cara y espero a los asaltos, asi juego a la botellita con vos... mi bomboncito.

    Si... hubiera sido genial escribirle eso, lastima que conociera esa rola de la Bersuit chingos de años despues.

    Y ya me estoy dando la vuelta por tu blog men, la neta me paso buen rato leyendolo.

    Saludos.

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  2. Ahhh que Astrid tan mala jeje pero también estaba muy chica para ustedes igual y ahora ya no jaja.
    Tienes un premio en mi blog!

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  3. Sandra: Perfecto, voy a pasarle los datos a mi Papa y a mi hermano para ir pensando por donde comenzar, si me interesa sobre todo para ir mejorando mis ondas manuales porque soy malisimo para todo eso y con la paciencia y limpieza pero quiero echarle ganas a ver que onda.

    Gracias por los datos Sandra y saludos.

    Ivonne: Pues si, estaba muy chica y nosotros ya eramos cachirules ni hablar, por otro lado, ya luzco muy orgulloso mi flamante premio, muchas gracias y los mejores deseos para el año que viene.

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