jueves, 18 de diciembre de 2008

SEMI-ENAMORADO

En el post anterior relate como fue que conoci a Mariana, o mejor dicho, como la vi porque nunca la conoci realmente y como decia, se dio la oportunidad de hacer un trabajo en equipo y bueno...

Solo hay cinco cosas que recuerdo con claridad de aquella reunión sabatina:

1: Que Mariana se veía hermosa con su ropa de civil, que Scheccid ni que la chingada.

2: Que comimos carne y sopa de fideo.

3: Que el anfitrión se indigno cuando un compañero comió de más.

4: No hicimos ni un carajo sobre la exposición como suele suceder en estas reuniones.

Y cinco y muchísimo mas importante, nos pesamos en una bascula pequeña en el baño de la casa, y ustedes dirán ¿Y eso que chingados tiene de importante o clave? Bueno… es que cuando termine de pesarme una compañera me pregunto frente a Mariana lo siguiente:

-Oye León, ¿no te gusta Marianita?-

Ahí mi vida se detuvo, de hecho todo el ambiente cambio de un colorido muy bonito a un intenso y aterrante tono sepia, mire rápidamente el rostro de Mariana que permanecía mirando el suelo, sonriendo y roja, roja, roja.

-A poco no esta bien bonita Mariana León?- Insistió la oportunidad de la vida que se había disfrazado de compañera de escuela.

¿A que no adivinan mi respuesta? Si, si, si, Simón… mi respuesta fue una pinchurrienta y pendeja risa idiota acompañada de un tic nervioso que consistía en un parpadeo incesante y lastimero, no me chinguen… la oportunidad se fue.

Y Mariana se fue, se alejo caminando por la calle Girasoles, dio vuelta a la izquierda en la esquina de Magallanes y no la volví a ver hasta el lunes siguiente donde si de por si no se fijaba en mi ahora parecía guardarme cierto rencor, nunca supe si fue por lo acontecido aquella tarde o porque mi amigo Salvador y yo abusábamos de un contacto visual para con ella.

Ahora concluyo con lo del semi-enamoramiento, escribí esto porque Mariana no fue ni siquiera mi amiga, nunca me hablo, incluso parecía que evitaba por todos los medios estar cerca de mi, mirarme o dirigirme la palabra, cuando entramos a tercer año se enamoro de dos cabrones, uno apodado “El Vaca” y otro apodado “El Pollo”, menuda mancuerna… me valió madre, no me sentí mal, no sentía celos ni nada parecido al enamoramiento adolescente, sin embargo durante un buen par de años atesore un trío de fotos de Mariana que una buena amiga me diera a modo de regalo de consolación pienso yo, hasta la fecha mi Mama guarda una que mi Papa encapsulo para mantenerla en buen estado por muchísimos años como se lo pedí cuando tenia 13 .

La ultima vez que vi a Mariana habían pasado 6 años, fue en el centro de Iztapalapa, estaba yo en el cenit de mi vida desmadrosa con las mujeres y paseaba muy alegre con uno de mis primos y mi hermano, recuerdo muy bien que pase por un negocio de comida, venia echando un buen desmadre cuando mire dentro del establecimiento, fue una mirada rápida y seguí mi camino… pasaron unos segundos y como final de película me regrese a observar detenidamente lo que hasta hace un instante había visto, era Mariana, al fondo del lugar, sentada en compañía de otras muchas personas, tenia un cigarro en la mano, estaba mas bonita que nunca, tenia el cabello corto, se veía muy jovial y llena de vida, me miro pero estoy seguro que no me reconoció porque me sonrió muy bonito, me rasque la cabeza y seguí mi camino porque su esposo 20 años mayor que ella estaba sentando justo a su lado mirándome muy muy muy pero muy gacho.

Pd: Supe que era su esposo como suele uno enterarse de estas cosas, por terceras personas, según las malas lenguas Mariana se caso a los 16 años.

FIN DEL CAPITULO 2

4 comentarios:

  1. Asi es... debi contestar que si me gustaba pero pues que era yo un moconeto de 12 años ja ja ja ja pero en fin, asi es la vida, gracias por la visita Ingrata, nos estamos leyendo.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Las oportunidades en la adolescencia llegan tan rápido como se van.
    Lástima que no se pudo dar algo más con Mariana, pero es una buena anecdota, saludos!

    ResponderEliminar
  3. Pues si, desgraciadamente muchas veces en la adolescencia uno anda en la luna y pensando en otras ondas y deja ir las oportunidades bien chido, en fin, una historia mas je je je, saludos y gracias por la visita

    ResponderEliminar
  4. Debiste contestar algo que no tuviera nada que ver con la pregunta como: "no, no; ya fui el año pasado y no había tanta gente" o algo así, para que pensaran que no habías entendido y dijeran: "chale, no agarró el pedo" o al menos "chale, es tan caballeroso que se hace güey," y entonces habrías causado una gran impresión en ella, y se hubieran casado y tenido cientos de hijos y fundado un nuevo país.
    Saludos.

    ResponderEliminar