DESODORANTE POR FAVOR

Una vez llegue tarde a la escuela y me encontre a mi grupo de amigos charlando animadamente con un grupo de jovenes chicas de primer semestre, salude a todos, me presentaron y ocupe un lugar discreto en la orillita de la banca del kiosko, como todo hombre de mundo acostumbrado a los placeres y a las reuniones sociales saque una cajetilla de cigarros, ofreci y acto seguido encendi el mio, cuando levante la mirada ya tenia unos ojos femeninos clavados en mi.

Se llamaba Paola, tenia un rostro agradable, era delgadita, traia una blusa de tirantitos delgados color negra, pantalon de mezclilla y una sonrisa afrodisiaca.

Conversamos un rato, reimos, fumo de mi cigarro y dias despues ya nos acompañabamos a Taxqueña para que cada quien tomara su respectivo microbus rumbo a casa, fue en una de esas noches que caminaba a su lado que nos fuimos despegando del grupo y nos quedamos solos en el parquecito aquel que desde esos tiempos fue llamado "El Jardin del amor".

No queria perder tiempo, la tome de la mano con esa seguridad que brinda el saberse gustado y paladeado mentalmente.

-¿Quieres ser mi novia?-

-Si, si quiero-

Nos besamos y muy sonrientes alcanzamos al grupo de amigos quienes ya acostumbrados a mis puntadas no les parecio nada extraño que viniera acompañado y tomado de la mano de una chica, por mi parte a mi no me parecio extraño tener una ereccion marca diablo porque Paola tenia un trasero bastante bonito y muy bien formado que recreo mis fantasias en aquellas noches solitarias de Abril.

Nuestro noviazgo fue aburrido, simple, sin chispa, con ligeros destellos de pasion donde el mas famoso es aquel donde la sente en mis piernas en una banquita de piedra y me la comi a besos para horror del maestro de Contabilidad quien le decia a mi amigo Wender:

-Mira esos nada mas como andan, parecen perros, esto es una escuela no un congal-

En una ocasion paso algo muy raro, mi amigo Morice es el villano de esta historia y cierta tarde me encontro sentado en una banca muy ocupado gastando en holgazanerias mi preciada juventud, me dijo y cito:

-Leon... no mames cabron, ¿te digo una cosa?-

-Dime-

-Me gusta mucho tu novia cabron, ¿que onda? ¿me das chance?-

Me agrado su sinceridad y su forma brusca de hablar me causo risa, como Paola y yo llevabamos una semana de novios no tuve impedimento para prohibirle a Morice que hiciera su intento por llamar la atencion de mi novia asi que le dije:

-Bueno, ve, habla con ella y si te prefiere a ti sobre mi no dire nada porque me la quistaste a la buena, todo es decision de ella-

Entonces Paola llego y Morice la invito a dar una vuelta para hablar de cosas muy importantes segun el, cinco minutos despues volvian a mi lado y Paola se sento en mis piernas para saludarme, Morice traia un rostro largo y apesadumbrado, rato despues Paola se fue a tomar su clase y mi amigo y yo nos quedamos solos.

-Oye Leo... ¿no te molesto lo que te pedi?-

-No ¿porque preguntas?-

-Pues porque Paola se me nego, me dijo que tu le gustabas mucho, ¿que a ti no te gusta ella o que?-

-Pues... si, si me gusta pero... como que no hay chispa-

-Ahhhh...-

Y ahi termino el asunto, en realidad si habia chispa pero yo no queria encenderla porque habia un pequeñisimo problema que incluso me hizo meditar mucho en cortar a Paola a los dos primeros dias, la realidad es que toda mi vida he disfrutado de los olores:

Digamos por ejemplo que gozo sobre manera el tomar un mango, un durazno, una guayaba o un jitomate y olerlos durante bastante rato, es algo que me produce cierta gozo por decirlo asi, incluso uno de mis placeres culpables era respirar la fragancia en los cuellos de todas las parejas que tuve en mi vida, cuyos gustos variaban desde el dulce sudor femenino producto del trote sexual hasta el mas fino aroma a perfume fresco como el coco, pasando tambien a disfrutar del aroma de la tarde cuando en el patio de mi casa ocupo lugar en la mecedora y aspiro el aire justo como lo haria Jean Baptiste Grenouille, encuentro muy reconfortante el hacerlo, asi como oler entre risas los piesitos de mi Bebe, ese aroma tan familiar y agradable que acrecenta mi paternidad.

En pocas palabras me encanta estar husmeandolo todo, punto.

Y Paola tenia un gran defecto, no usaba desodorante, nunca le pregunte, nunca hice comentarios, simplemente me imaginaba en mi cabeza que tenia ciertas costumbres extravagantes, por esa razon la sentaba en mis piernas para no tener que abrazarla o bien que ella intentara hacerlo porque cualquier asomo de exitacion moria cuando detectaba el olor pesado de su axila.

Pero eso no fue todo, en una ocasion, no se porque lo atribuyo a las mismas costumbres extravagantes decidio que era buena idea besarme despues de haber juntado un poco de saliva en su boca para despues dejarla fluir en la mia... eso me parecio de muy mal gusto pero tampoco dije nada porque era yo un modelo de novio pasivo.

Desgraciadamente (para Paola) en esos dias yo planeaba la manera de liberarme del compromiso solo que no sabia como, mejor dicho en esos dias no tenia ganas de pensar en nada y no tenia el valor de decirle cosas como:

-Oye un poco de desodorante no te vendria mal-

O bien:

-Hey... un poco acuoso tu beso ¿no?-

Hasta que un dia nos encontrabamos sentados en la misma banquita de piedra en compañia de mi amigo Alejandro (el mismo que en el futuro lloraria desconsolado porque mi exnovia Esperanza lo bateo), estabamos muy a gusto discutiendo los misterios de la juventud cuando un tipo (De hecho es el mismo tipo que se encontraba sentado con Lizbeth en el escritorio del prefecto en ese post que escribi hace tiempo) con rosas en la mano insistia en platicar con Paola, ella me aviso que no tardaba y Alejandro y yo vimos como el sujeto aquel tomaba de la mano a mi novia, le daba las rosas y luego se despedia.

Cuando Paola volvio estaba temerosa, no dijo nada y medio escondio las flores pero yo las vi y le hice saber que estaban muy bonitas, desgraciadamente mi amigo Alejandro se puso como fiera y dijo:

-No manches Paola, ¿porque aceptaste esas flores? ¿que no tienes respeto de que aqui esta tu novio o que? Tiralas no manches-

Y Paola las tiro aunque yo le habia dicho que no habia ningun problema, fue en ese momento que supe que todo debia terminar y pensaba hacerlo pero no pude porque Paola tuvo un problema que la hizo ausentarse de la escuela por espacio de un mes, como llevabamos poco de novios y la veia todos los dias no tuve el acierto de pedirle su telefono y entonces se me olvido, incluso de que era mi novia.

Continuara...